Tenía los ojos más bonitos que jamás he visto con los míos. Y no eran ni grandes, ni verdes, ni azules. Eran simplemente suyos, por eso me gustaban.
No es que sea complicada y tenga problemas de actitud. Mi problema es que tengo una personalidad que no cualquiera puede manejar.
Las mujeres somos la ironía más bonita del mundo: nos vemos frágiles pero ni nosotras sabemos lo fuertes que podemos llegar a ser.
El silencio es el grito más fuerte de una mujer. Si ella se queda sin habla es porque su corazón está demasiado cansado.
Nunca te quejes de lo que tus padres no pudieron darte. Probablemente fue todo lo que tenían.
Depende de ti vivir como una víctima, o demostrar que eres una guerrera Fuente: René Share this…FacebookPinterestTwitterLinkedinWhatsapp
Cuidar de aquellos que alguna vez cuidaron de nosotros, es uno de los más altos honores.
Volvería a ser tu hija un millón de vidas más.
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